Volviendo atrás en el tiempo, en la década de 1970 se pensó que las sarsens (cantos rodados gigantes que pesaban hasta varias toneladas) no se dieron de forma natural en la llanura de Salisbury. En aquellas fechas los investigadores concluyeron que las personas que construyeron Stonehenge debían haber traído todas las piedras desde Marlborough Downs, a 32 kilómetros de distancia. Aquella propuesta seguía sin explicar por qué harían tal cosa cuando podrían haber erigido esas rocas en la ubicación de forma más sencilla.
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