Tras la revolución de octubre de 1934 en Asturias había en ese momento 15.000 soldados y 3.000 agentes del orden público, un abundante contingente con el que partir rumbo a Madrid, donde se esperaba que más militares se unieran al movimiento golpista.
González Calleja señala que el detonante de los preparativos golpistas fue el indulto del presidente Alcalá Zamora a Joan Ricart, Federic Escofet y Enric Pérez, responsables de Seguridad de la Generalitat, militares próximos a ERC. Condenados a muerte en un Tribunal Militar de Zaragoza por unirse movimiento revolucionario en Catalunya, Alcalá Zamora ejercería toda su capacidad de presión para evitar su fusilamiento
Otro de tantos errores que se cometieron durante la II República
Muy interesante
Otro de tantos errores que se cometieron durante la II República