Un sujeto varón circula, en un Volkswagen Golf cargado de pasajeros, por la autopista Oriental australiana en dirección Melbourne, con los dos pies saliendo por fuera de la ventanilla del conductor. Lleva las piernas cruzadas y va descalzo, y por su postura se le adivina recostado. Las dos manos alejadas del volante terminan de formar una pose más propia del relax doméstico de sobremesa que de la conducción vial.
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