El análisis de los datos demuestran que el estallido de rayos gamma del que fuimos testigos el 19 de marzo fue dirigido casi directamente contra la Tierra con un chorro de materia a una velocidad del 99,99995% de la velocidad de la luz. El satélite Swift de la NASA detectó la explosión (GRB 080319B) a las 2:13 a.m. EDT y señaló su posición en la constelación de Bootes. La potente explosión estelar se hizo tan brillante que incluso los ojos humanos pudieron verlo. Rel.:
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