Algo huele muy mal en este anuncio. Desde el objeto de la transacción (un bebé no nato) hasta el exorbitante precio del mismo (1 millón de euros), pasando por un número de teléfono falso y faltas de ortografía a granel. Son las estafas que circulan por Internet. Títulos universitarios o de secundaria, vehículos de lujo a precio de ganga y hasta bótox usado. La última modalidad, detectada
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