La novela de Liev Tolstoi es un espejo donde se refleja la importancia que tuvo la línea ferrocarril entre Moscú y San Petersburgo. Cómo cambió la vida social de sus habitantes, cómo les afectó en sus relaciones. El tren, a Tolstoi, le sirve como símbolo de amor (pero también desespero) en muchas de sus obras. Pero, paralelamente, también está unido a su vida. De hecho, ya octogenario, Tolstoi llega, penosamente, hasta la pequeña ciudad ferroviaria de Astapovo, enfermo de neumonía. Allí el jefe de estación, que le reconoce como el...
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