Otro aspecto que menciona es la disparidad entre la renta y el coste de vida. Según cuenta, no hay relación directa entre ambas y no entiende cómo la gente puede sobrevivir si no es de la beneficencia. Además, comenta que comer fuera «es un atraco», y cualquier restaurante «de medio pelo» te sale por lo mismo que un restaurante de lujo en Shanghái.
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