Los políticos españoles se gustan echando gasolina al fuego, sobre todo las derechas. El insulto se está convirtiendo en licencia poética, y ahí está Feijóo para recordarlo. Embarrado el terreno de juego desde Aznar, sigue igual o peor, ya se habla de la conjura contra España, palabras de gran calibre; y de corrupción, obviando las tres, TRES, recientes condenas por corrupción del PP en la Audiencia Nacional a pesar de tenerla controlada "desde detrás" según Cosidó. El partido podrido no concibe otra opción que gobernar sí o sí, y el amigo de
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