El sol, que debiera ser nuestro aliado, se convierte, a veces, por culpa de unos pocos malnacidos, en la desgracia de los españoles. Ese sol, de cuyos rayos nos deberíamos beneficiar, también condena a muchos jóvenes y no tan jóvenes españoles a vivir encadenado durante catorce horas diarias a una bandeja, llevando cañas a los guiris por 500 euros al mes. Ese sol que llena de turistas nuestros hoteles pero que condena a cientos de mujeres del colectivo de “Las Kellys”, las que limpian y arreglan las habitaciones de los hoteles...
|
etiquetas: turismo , trabajo , verano , españa