Aminata Samb, una ciudadana senegalesa que vive en España desde hace 10 años, presentó a principios del 2008 la solicitud para reagrupar a sus dos hijos, de 14 años y 16 años. A las pocas semanas, la subdelegación del Gobierno le notificó que su expediente había sido aprobado. Pero de repente, todo se torció. El consulado decidió denegar el visado. El motivo: el funcionario encargado del trámite consideró que los menores eran demasiado altos para tener la edad que decían tener, decisión tomada a ojo por el funcionario encargado.
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