Una madre ha sacado a su hijo de siete años de edad de la escuela después de que fuera obligado a escribir lo siento en un papel y comérselo, para "arrepentirse de sus pecados". La horrorizada Celia Mullen, de 46 años, afirma que su hijo Luis y otros jóvenes fueron invitados a tomar parte en el extraño ritual por miembros de la Iglesia durante una visita a la clase. La madre cuenta que el incidente ha dejado a su hijo tan perturbado que ahora se niega a dormir solo y garabatea imágenes del diablo.
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