Más de mil niños fueron vendidos a fábricas de ladrillos en el condado Hongdong de la provincia de Shanxi para realizar trabajo forzado. El gobierno ha actuado con lentitud o se ha rehusado a responder. El régimen local fue indiferente en relación al crimen y a menudo bloqueó la investigación de los padres. Chai Wei, padre de un niño esclavo, dijo que él intento salvar una vez a algunos niños de una fábrica de ladrillos en el condado Linyi. Sin embargo, la policía se rehusó a ayudar porque el propietario de la fábrica era un hombre poderoso
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