De cómo una película de ‘serie zeta’ se convirtió en un instrumento de los psicólogos para medir la depresión de sus pacientes. En la cartelera de 1979 compitieron dos de las películas más lacrimógenas de la historia: Kramer contra Kramer, apodada “el lloródromo” por la crítica de la época, y Campeón, la tristísima (y malísima) historia de un boxeador que vuelve a subir al ring y se topa con la parca…en las narices de su hijito de ocho años.
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