Científicos de la Universidad de Kobe, liderados por el biólogo Takuya Sato, alimentaron a un sapo con un escarabajo bombardero y observaron cómo el anfibio lo expulsaba de su estómago 44 minutos después de habérselo tragado. Nunca habían visto a un sapo o una rana vomitar de esa manera, pero lo más alucinante fue que el escarabajo seguía vivo y coleando. ¿Cómo? Estos escarabajos excretan sustancias químicas hasta a 100 ºC y que reaccionan para producir peróxido de hidrógeno y otros compuestos irritantes como benzoquinonas.
|
etiquetas: escarabajo , estómago , sapo , vómito