En Sabucedo (A Estrada) muchas madres inauguran el mes de julio encendiéndoles velas a sus santos milagreros. El primer fin de semana se celebra la rapa das bestas y no hay joven de la parroquia que no quiera saltar al curro para medir sus fuerzas con los caballos salvajes que el resto del año viven en libertad en los montes que rodean la aldea. El corte de las crines es una tradición ancestral que cada año parece coger más fuerza. Ayer, 1.500 personas agotaron las entradas para seguir el espectáculo desde las gradas.
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