Era mi tía la que sufrió la tortura, la humillación y la muerte. Ocurrió hace muchos años y son las palabras de mi madre y de mi difunta abuela, las que mantienen viva en mi memoria la llama de aquel recuerdo. Por eso debo apoyar cualquier medida que tenga como fin reconocer públicamente el sufrimiento de esas mujeres y sus familias.
|
etiquetas: memoria histórica , dictadura , reconocimiento torturas