Ahora científicos del Instituto Max Planck y de la Universidad de Stuttgart han conseguido observar una fuerza similar, de carácter clásico y predicha hace décadas, en una mezcla de dos líquidos. Además han encontrado una manera de invertir el efecto de la fuerza de tal modo que las futuras nanomáquinas no se bloqueen, permitiendo una mayor miniaturización. La fuerza que hace que las dos placas se vean atraídas en el efecto Casimir proviene de un efecto mecánico cuántico. El vacío en mecánica cuántica no es un espacio-tiempo vacío de todo.
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