Estaba repasando un estudio sobre las consecuencias sociales, laborales y médicas del envejecimiento en EE.UU. y el panorama que me encuentro es atroz. Recuerdo una noticia de un cliente que había organizado una colecta para permitir que un anciano vendedor de perritos calientes en la Gran Manzana pudiera retirarse. Tomé aquello como una mera anécdota, sin percatarme de la enormidad de personas que se ven obligadas en EE.UU. a seguir trabajando a edades a las que sus homólogos europeos ya están descansando.
|
etiquetas: envejecer , dictadura capitalista , ee.uu. , pensiones , ancianos trabajando