Un enfermero sustituto con poca experiencia se equivocó con las sondas de la alimentación y medicación en una guardia de un hospital público de Tenerife hace 9 años. Aunque dio la voz de alarma, el bebé murió. Fue condenado a un año de cárcel y tres de inhabilitación, pero no ha vuelto a ejercer la enfermería. "Fue un error y punto, motivado porque los materiales no son los correctos", ha dicho el presidente del Colegio de Enfermería en la isla. Rel.
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