Por mucho que a algunos les cueste asumirlo, hay que reconocer que el capitalismo funciona a las mil maravillas. Y ese es el problema y condena de la humanidad, que funciona. Funciona para los que están en la cúspide de la pirámide, pues les permite acaparar tanta riqueza a cada uno de ellos como varios millones de personas que están en escalafones inferiores. Funciona porque está organizado de modo que millones de personas que están por debajo llegan a pensar que el origen de sus problemas no son las personas de arriba, sino los de más abajo.
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