Han detectado una mutación recurrente en el genoma del coronavirus. En concreto, una transición de citosina a uracilo (C-to-U) en la posición 26.340 del ARN del virus. El problema es que esa posición 26.340 queda justo en una de las secuencias que se usan para detectar el virus mediante la prueba de la PCR, en concreto en el gen-E. Las pruebas siguen siendo válidas, claro. Pero es más probable que aparezcan los peligrosos falsos negativos: pacientes enfermos que, al hacerse la prueba, les sale una PCR negativa. La fiabilidad del test cae.
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