La noticia de que van a obligar a los hombres católicos a casarse entre ellos y a las mujeres católicas a casarse entre ellas y de que forzarán a las mujeres embarazadas a abortar nos ha llenado de zozobra. Por el contrario, el hecho de que la Iglesia pretenda imponer su moral en la sociedad toda (que lo haya hecho de manera implacable cada vez que ha podido), que quiera sujetar a su enseñanza a niños ciertamente indefensos y que encuentre moral obtener su peculio a partir de los impuestos de quienes nada quisieran tener que ver con ella...
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