Adicionalmente, la eólica se tiene que vender por debajo de su coste de generación para ser competitiva, subsidiándose mediante las primas correspondientes. Las pagamos entre todos los españolitos. Aunque estuviéramos durmiendo plácidamente. Siendo generosos, el negocio fue poco brillante. La Naturaleza sólo nos castigó esa horita y media con su punta de viento. Si dura muchas horas más, o algunos días, nos arruina.
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