Ella se da el último retoque de rímel ante el espejo y termina así de perpetrar su engaño. Él se pone colonia y gomina en el mejor de los casos. Ambos están preparados. Ella más guapa. Él más sincero. Por delante, una noche de fiesta y escaparate. Una pasarela donde se expone el género que se llevará tres horas y cinco copas después.
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