El Chicago Spire, diseñado por Santiago Calatrava, debía convertirse el próximo año en el rascacielos más alto de occidente con sus casi 610 metros de altura. Sin embargo de momento, desde finales de 2008, la construcción del Spire está prácticamente parada, y todo lo que queda en el solar es un inmenso agujero de más de 30 metros de diámtro y 24 metros de profundidad. Por lo que, irónicamente, lo que estaba destiando a ser la punta más alta de la ciudad de momento es el punto abierto más profundo de la ciudad.
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