Los tramposos con móviles son una minoría en el ajedrez, aunque hagan mucho ruido con sus politonos. Hoy voy a hablar de la excepción buena de la norma. Todavía quedan jugadores en el más alto nivel que anteponen el juego limpio y la caballerosidad a los resultados y el dinero. El checo David Navara y el ucraniano Alexander Moiseenko han dado una doble lección a todos.
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