Los delitos van desde ver pornografía infantil o tener relaciones con una novia menor de edad, hasta desnudarse delante de niños, tocarlos de forma lasciva o violarlos. Todos ya cumplieron sus condenas. Pero las leyes de Miami, las más estrictas en este sentido en Estados Unidos, establecen que las personas juzgadas por abuso de menores, aunque hayan cumplido sus sentencias, no pueden residir, de por vida, a menos de 600 metros de una escuela, área de juego, jardín infantil, parque o parada de autobús escolar.
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