En principio, el colegio permite a sus estudiantes transgénero hacer uso del baño en el que se sienten identificados aunque no estén operados de sus genitales. Lo fuerte del asunto es que la forma en la que les permiten entrar al baño es marcándoles con un brazalete verde. Es decir, que sí, que los transexuales pueden ir al baño que consideren pagando el precio más alto: ser marcados y reconocidos por el resto de compañeros y trabajadores del centro.
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