Las crisis económicas siempre se ceban con los más vulnerables. Pero lo que más impresiona es que, con un poco de mala suerte, cualquiera puede verse en una situación desesperada. Emi y Antonio, de 46 y 40 años, tienen 3 hijos y desde hace una semana no han tenido más opción que dormir en su coche. Todo comenzó a partir del nacimiento de su último hijo, cuatro años atrás. "Cuando nació el pequeño", explica Emi, "no tuve más remedio que rescindir mi contrato de reponedora en un supermercado para ocuparme de él".
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