Eso es una especie de zas en toda la boca a los tertulianos y políticos que están hablando de la violencia en los videojuegos y series. "Cuando José Rabadán asesinó a su familia, muchos padres prohibieron a sus hijos el videojuego como podrían haberles dado cuchillos de plástico a la hora de comer. La solución fue tan absurda como imponer el velcro a la población si a un crío de doce años le da por ahorcarse con el cinturón de su padre. Soluciones a problemas ficticios. Y luego acusan a los jóvenes de confundir la ficción con la realidad."
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