Eso sí, la Dingo Fence no se erigió para impedir el acceso de emigrantes, como en el caso estadounidense, ni para cerrar el paso a ejércitos enemigos, como en China. De hecho, no era a humanos a quien se intentaba mantener alejados sino animales; concretamente uno endémico de Oceanía y el sudeste asiático, especialmente numeroso en Australia y que por eso ha dado su nombre a la valla: el dingo.
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