La persecución a la que se están viendo sometidos Pablo Iglesias e Irene Montero es una persecución política. Ni de lejos es un escrache, ni se le parece en su versión española. Jurídicamente podría subsumirse en el tipo penal de acoso, de amenazas y de coacciones, pero con el agravante de odio porque es una persecución política. Son los motivos ideológicos los que se instigan desde la ultraderecha para acosarles durante semanas delante de su domicilio, para hostigarles en su lugar de vacaciones y para justificar lo injustificable.
|
etiquetas: fascismo , vox , podemos , scrache , pablo iglesias , irene montero