Todos sabemos, querido lector, que en ocasiones el diseño de determinados periféricos de consolas roza el absurdo. No obstante, eres libre de comprarlos o no, por lo que no deben de ser objeto de crítica. Sin embargo... ¿Qué pasa si ese periferico se ha puesto a la venta para suplir una lacra incomprensible en el diseño de la máquina? Pues pasa lo lógico: que te cabreas, pero aún así vas y lo compras... ¡Qué remedio!
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