La voz de alarma la dieron los vecinos. Cuando los agentes se acercaron al lugar, llamaron a la puerta y, al no abrirles nadie, avisaron a un cerrajero. Una vez en el interior encontraron al menor solo, llorando y en malas condiciones higiénicas. Tras dejar al menor bien atendido, la Policía Nacional realizó las pesquisas necesarias para dar con el paradero de sus progenitores, localizando a su padre, después de múltiples intentos, a las 4 de la madrugada cuando acababa de llegar a casa. «Dijo que se había ido un momento a tomar una cerveza».
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