A Ismael le encantan los trenes. Su padre, precisamente conductor de trenes en Metro de Sevilla desde hace casi once años, le quiso poner una sonrisa a la cara de su hijo, que tiene trastorno del espectro autista (TEA). Aprovechando su día de descanso, Jorge Torres organizó el 2 de agosto una excursión. El punto de destino era su oficina, pero lo que iba a ser un rato de diversión tuvo un desenlace inesperado: acabó con Jorge despedido de su empresa.
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