No es difícil imaginar que esos datos puedan servir para que un delincuente logre suplantar nuestra identidad y lograr por ejemplo un duplicado de nuestra tarjeta SIM. El inquietante SIM swapping está a la orden del día, será él quien reciba el PIN para hacer esa transferencia bancaria o completar esa compra en Amazon, no tú, pero serás tú quien pague el pato (y la factura).
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