[c&p] Pues bien, ocurre que cuando llevas un tiempo viviendo en este mundo de gominola, tus sentidos comienzan a espesarse, una sensación empalagosa inunda tu estómago y es entonces cuando se hace necesario un poco de desahogo terapéutico para quitarse de encima esa dulzona sensación. Algo así como una purga socialmente discutible, que aunque no suelen prescribirla los médicos, deberían de hacerlo. En esta ocasión me decantaré por un tipo de terapia literaria y pediré ayuda al maestro de lo políticamente incorrecto: Don Francisco de Quevedo
|
etiquetas: desahogo , terapéutico