Yo tenía toda la intención de amamantar, y de hacerlo hasta la mágica marca señalada por el médico: seis meses. Estos,me habían garantizado varias instituciones médicas, ayudarían a evitar infecciones, obesidad, cáncer, alergias, hiperactividad e incluso un coeficiente intelectual bajo. Cuando comencé a vocalizar la intención de destetar a mi hijo, desesperada por una palabra de consuelo, no escuché ni una. ¿Son reales los beneficios de la lactancia materna? ¿Donde queda mi derecho a decidir?
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