Vicente Molina, cazador de Benaguacil, empezó ayer a asimilar el impacto de dos cartuchos que sufrió el sábado en Domeño Viejo y que le llenaron la mano izquierda y las dos rodillas de perdigones. Con chaleco y gorra reflectante naranja, estaba entre la maleza a las 11.30 horas cuando un individuo desconocido le disparó a siete metros.
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