"Sangraba por los oídos, la nariz la tenía chafada hacia adentro, sangraba por los ojos y por la boca y por detrás le salía como gelatina". "Al ver cómo sangraba por todos lados y tenía la cara levantada, de la impresión, me puse a vomitar". Con esta crudeza ha relatado uno de ellos el estado en que encontraron a Laínez cuando se acercaron a él tras la agresión.
|
etiquetas: crimen de los tirantes , rodrigo lanza