Desde el año 2000, inversionistas u organismos del Estado de países ricos o emergentes han comprado más de 83 millones de hectáreas de tierras de cultivo en los países en desarrollo más pobres. Esto representa el 1,7 por ciento de las tierras de cultivo mundiales. Gran parte de estas compras se han hecho en África, entre las cuales dos tercios se han realizado en países donde el hambre es generalizada y las instituciones para formalizar la propiedad de la tierra a menudo son deficientes. Original
t.co/pljQmr9q