Seamos sinceros: viajar en los estrechos asientos de un avión ya es bastante incómodo, como para que te toque al lado una persona grande. Las plazas son tan ridículamente enanas que hay gente que, literalmente, no cabe y tienen que expandirse hacia tu asiento, haciendo más incómodo aún tu viaje. Si habéis pasado por la experiencia sabréis a lo que me refiero...
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