Tenía un melanoma, un cáncer de piel, que se le había extendido a pulmones y nodos linfáticos. Los investigadores le extrajeron de su propia sangre células CD4+, un tipo de glóbulos blancos. Una vez clonadas, hasta 5 miles de millones de estas células le fueron implantadas a este paciente de 52 años. Dos meses después, el melanoma había desaparecido. Y dos años más tarde, la enfermedad no ha vuelto a producirse.
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