Los planes de emergencias no se han cumplido, las plantillas de bomberos están mal pagadas y desmotivadas y apenas se limpian los montes de la zona. La desidia política se traduce en tierra deforestada, esquilmada, y otros factores como el abandono rural, la falta de limpieza en los montes, la dejación de los cultivos y el descuido a la hora de mantener fajas auxiliares (áreas de unos cinco metros de ancho que cortan el fuego a ambos lados de las pistas, caminos, sendas y carreteras forestales) hacen el resto.
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