Cuando yo sea vieja, me moriré. Tú que lo lees, también te vas a morir. Nos morimos. Nos morimos todos. Muerte, lo único que es seguro e irrevocable e ineludible y algo que cada vez nos suena más ajeno; la muerte no va con nosotros. La vejez es ya un tremendo error, una vergüenza. Todo se trata, todo se cura y además eres tonto si no lo haces o no lo aceptas. Y esta vorágine tiene un precio: está prohibido envejecer y para colmo morirse es un fracaso personal y profesional.
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