Hoy se censuran hasta los mensajes sutilmente discriminatorios, pero antes los anunciantes no tenían límites. Si existe un sector que siempre corre parejo a los tiempos es el de la publicidad. Lo que hoy en día nos parece aberrante, ayer sintonizaba perfectamente con la sociedad de la época. Machismo, explotación de la belleza infantil, sedación de ancianos... Nada de esto resultaba aberrante. Los tiempos han cambiado pero algo sigue igual, el escándalo garantiza la venta.
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