Gilberto Ramos dejó su frío y remoto pueblo montañoso en Guatemala para viajar a Estados Unidos en busca de un trabajo para juntar dinero y pagar el tratamiento de su madre, quien padece epilepsia. El pequeño de 15 años fue encontrado muerto, probablemente por una insolación, en un área del desierto de Texas. El viaje costó 5.400 dólares. La familia pidió prestado 2.600 dólares. La primera semana del viaje pagó 2.000 dólares y otros 600 la semana antes de que Gilberto muriera. La familia aún debe ese dinero.
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