El sábado pasado, en el teléfono de Heejin apareció un mensaje de Telegram de un remitente anónimo. "Tus fotos e información personal han sido filtradas. Discutámoslo". Cuando la universitaria entró en la sala de chat para leer el mensaje, recibió una foto suya tomada hace unos años, cuando aún estaba en la escuela. Le siguió una segunda imagen con la misma foto, sólo que esta era sexualmente explícita y falsa. Aterrorizada, Heejin, que no es su verdadero nombre, no respondió, pero las imágenes siguieron llegando.
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