Cuando el presidente Pedro Castillo determinó “disolver el Congreso, crear un gobierno de emergencia nacional, convocar elecciones de Congreso con poder constituyente, gobernar por decreto ley, toque de queda y reorganizar el sistema judicial” se estaba proclamando dictador al arrogarse todo el poder del Estado, situación que motivó su destitución, detención, procesamiento y sucesión por su vicepresidenta. Seis presidentes en cuatro años muestran la crisis de gobernabilidad de Perú y prueban que el presidencialismo está obsoleto.
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