Si los ensayos clínicos de tratamientos en pacientes salieran claramente positivos unas cuantas veces, los homeópatas podrían ganar un Premio Nobel. No sólo de medicina, sino también de física. Habrían descubierto un nuevo principio físico, puede que una nueva fuerza fundamental del Universo. Con esta perspectiva, seguro que los homeópatas se dan empujones para llegar los primeros al laboratorio. ¡Pero, de hecho, no se dan ningún empujón! ¿Podría ser que no creyeran en sus teorías científicas?
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